Área de formación
Taller de diseño, confección y uso de máscaras de teatro
“No dejemos de jugar… No dejemos de soñar… Que este mundo miserable ¡si se puede cambiar!”
Profesores
Dos amigos, dos colegas. Un sueño, una carrera.
Pierde sentido el recorrer este camino de manera solitaria, lo que se quiere hacer incluye y, sobretodo, necesita de otros. Entre la oscuridad de la sala, Sopaipilla se percata de que ese compañero debe ser una de las personas que está observando toda esta aventura, en este punto el público se vuelve un protagonista, solamente con su presencia, y si este se atreve y está a dispuesto a vivir una experiencia diferente, acompañando a Sopaipilla en la construcción de este camino, es que se podrá edificar el sueño de una trinchera sin miedo, sin un temor paralizante.
El escenario ya lo poblan dos personas, dos cuerpos, pero que se espera representen el sueño de muchos: hacer algo más peligroso, y así superar el gris manto del miedo…
“No dejemos de jugar… No dejemos de soñar… Que este mundo miserable ¡si se puede cambiar!”
Taller de mascaras
Pierde sentido el recorrer este camino de manera solitaria, lo que se quiere hacer incluye y, sobretodo, necesita de otros. Entre la oscuridad de la sala, Sopaipilla se percata de que ese compañero debe ser una de las personas que está observando toda esta aventura, en este punto el público se vuelve un protagonista, solamente con su presencia, y si este se atreve y está a dispuesto a vivir una experiencia diferente, acompañando a Sopaipilla en la construcción de este camino, es que se podrá edificar el sueño de una trinchera sin miedo, sin un temor paralizante.
El escenario ya lo poblan dos personas, dos cuerpos, pero que se espera representen el sueño de muchos: hacer algo más peligroso, y así superar el gris manto del miedo…
“No dejemos de jugar… No dejemos de soñar… Que este mundo miserable ¡si se puede cambiar!”
Taller de mascaras 2
ficha artística:
Dramaturgia, dirección e interpretación:
Andrés Saavedra.
Técnico de sonido: Álvaro Becerra
Jefe técnico e iluminación: Diego Barrios.
Pierde sentido el recorrer este camino de manera solitaria, lo que se quiere hacer incluye y, sobretodo, necesita de otros. Entre la oscuridad de la sala, Sopaipilla se percata de que ese compañero debe ser una de las personas que está observando toda esta aventura, en este punto el público se vuelve un protagonista, solamente con su presencia, y si este se atreve y está a dispuesto a vivir una experiencia diferente, acompañando a Sopaipilla en la construcción de este camino, es que se podrá edificar el sueño de una trinchera sin miedo, sin un temor paralizante.
El escenario ya lo poblan dos personas, dos cuerpos, pero que se espera representen el sueño de muchos: hacer algo más peligroso, y así superar el gris manto del miedo…
“No dejemos de jugar… No dejemos de soñar… Que este mundo miserable ¡si se puede cambiar!”
Profesores: